Todo pasa y todo llega

«Todo pasa, todo llega, pero lo nuestro pasar, pasar haciendo camino, camino sobre la mar…»

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Descontando las horas, sentados en este pequeño apartamento que ha vivido tan intensamente estos últimos meses, que ha respirado nuestro día a día, me quedo pensando, pensando en aquel día en el que supimos de la noticia, y ya con Celia dentro, lo tuvimos claro, nos lanzaríamos de lleno, con los ojos cerrados y la confianza de superar cualquier bache.

Salir de la tan de moda «zona de confort», es difícil, y creces, creces a base de dolores de espalda por cambiar los pañales en una cama demasiado baja, por dar paseos eternos para calmar su difícil adaptación al cambio de hogar, de rutina, de… vida… Creces a base de errores de gramática, de malas caras y tiernos gestos. Creces a base de cansancio de tantas noches en vela. Creces a base de quererse, respetarse, entenderse… Creces y te autorreconoces, con tus límites, tus pasiones, tus ganas de reír… Creces, porque, aún sabiendo que no entra dentro de los planes de tu personalidad, te lanzas de nuevo… Creces, y abres la mente, para volver con otra vuelta de rosca, con otra mirada, de otra manera sin duda.

Damos por finalizada esta aventura, mentirosa sería si dijera que todo ha sido de color de rosa, pero tampoco lo esperábamos. Haciendo un repaso de tantos momentos vividos, me quedo con unos pocos que se quedan guardados como tesoros.

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Me quedo con aquel día en el que tiempo nos daba una tregua y salimos a pasear con Celia y los abuelos, encantados de poder hacer los que sin duda eran los planes de toda una semana, en la que la nieve nos mantuvo encerrados en casa.

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Me quedo con aquellas risas en las escaleras de Lalo’s de un trío de amigos, por un desafortunado movimiento que lanzo al suelo ciento de revistas…

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Me quedo con una despedida a través de las ventanas de un vagón de metro, lanzando besos y lágrimas de emoción…

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Me quedo con una toma mientras atardecía detrás de la estatua de la libertad, y de fondo conversaciones de hermanos y primeras palabras del pequeño.

Me quedo con un paseo por Central Park con amigas…

Me quedo con unas increíbles vistas desde Brooklyn, de un paseo más que agradable, con melancolía, de la mano…

Me quedo….

Pero con lo que me quedo, y por lo que volvería con los ojos cerrados es con un baile abrazados, con la pequeña entre medias, mientras sonaba What a Wonderful World. . pero de eso, no tengo foto…

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Ahora ya en casa, discrutando de la comodidad de lo nuestro…
Feliz semana, seguiremos viviendo aventuras…, ha sido un placer contar nuestros pasos, y sobre todo saber que eran leídos…

Una pizca de humildad

 

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Me encantaría ser bilingüe. Saber expresarme, y poder decir todo lo que en mi cabeza se dibuja con letras rojas, y que trato de traducir de la mejor manera.

Porque, yo lo intento y suelto por mi boquita todo lo que se me ocurre, ya esté bien o mal dicho.

Para todos aquellos, que sus padres no mandaron los veranos a iralnda y que a golpe de academias hemos intentado aprender un idioma en el que la pasiva se nos viene grande. Para todos ellos y, para los blingúes también, como no. Yo veo más fácil tener dos lenguas físicas, que un doble lenguaje. Para todos, una de mis interpretaciones y posterior respuesta sin sentido.

Marco: un restaurante del soho, como un mcdonald a lo fino, esperando cola para pedir. Luces amarillas, bombillas de verbena (si veo una tienda o restaurante llena de luz, tengo que entrar)… Cartera mostaza en mano y…

Can i have two fish and chips? (quiero dos fish and chips)…- fácil de pronunciar, de entender, éxito asegurado, me entienden hasta los chinos…

flavor? (sabor?)- me responde ella

What?? (¿Qué?)- pienso… sabor??!!!…

flavor?– me vuelve a decir, ante mi cara de perplejidad, y me pregunto, ¿pero qué sabor va a tener el fish and chips?

I don’t understand about fish flavors (no entiendo de sabores de pescados)- le digo como puedoy me quedo tan ancha…

«apple, apple-carrot,…» (manzana, manzana-zanahoria,…)-me suelta la dependienta con cara de aburrimiento… y en un giro inesperado, mi cabeza piensa… «eso debe ser que ponen un tipo de compota para acompañar»

apple! (manzana)- digo…

… y va y me entrega dos botellines de una bebida espumosa llamada fizzie-lizzie

… mi mente vuelve a pensar «qué bien que regalan las bebidas», y qué baratito todo oye…, y me vuelvo a la mesa, y allí me espera satur mirando el ticket, y diciendo, «qué has pedido»?, y le respondo «fish and chips con compota de manzana»…en el ticket… fizzie lizzie sabor manzana

Y una carcajada estalla, y no podemos parar de reír durante un buen rato. Yo, con lágrimas en los ojos, viéndome a mi misma, pobrecita, diciendo que no entiende de sabores de pescado… en fin…Eso sí!! la tía no se llevó propina por ser un palo…

Feliz martes, si no te ríes de ti mismo…

 

 

Ganas de city

Sí, todo llega, pasa y se termina. Ya descontando, empaquetando y ultimando. Con ganas, para qué mentir, de pisar nuestra casa, de ver a familia y amigos, y de empezar a notar el sol de verdad, el sol que te calienta la piel, que te pone las mejillas rojas…

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Con ganas de poner punto y final a NY y sus mil cosas maravillosas y otras cuantas que no lo son tanto. De sabernos en nuestro terreno, desde el poder expresarte con la riqueza de un propio lenguaje, a movernos como pez en el agua en nuestra propia city.

allí arriba, todo parece de juguete

allí arriba, todo parece de juguete

Pero, todavía falta una semana, y nos gustaría aprovechar al máximo. Veremos lo que nos deja hacer la nieve y la lluvia, y sobre todo, Celia la terremoto.

está para comérsela

está para comérsela

Qué difícil compaginar turismo y bebé en muchas ocasiones, cuántas veces, la sensación de pensar que no lo hacemos del todo bien llevándola a rastras por nuestras aventuras, tomando un brunch en un sitio repleto de gente, o cambiando el pañal casi haciendo el pino por no encontrar el sitio adecuado, o dándole el biberón mientras caminamos, o en el metro, o en la biblioteca nacional o en lo alto del Top of the Rock…

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Hemos tenido días muy agradables de sol, y hemos dado largos paseos por Central Park esta semana. Podemos decir, que nos lo conocemos al dedillo, ¿quién lo diría?

ganas de primavera

ganas de primavera, de refugio, de incondicionales…

Ganas de seguir nuestro papasinthecity, en nuestra city…

Feliz Semana!

PadreySastre

Y les observo cada día. Él le canta, le baila, le pone música, le cuenta historias, le acuna, le hace reír… Ella, le mira, y le mira, y le mira, y se ríe, y se duerme en sus brazos.

Porque tras una primera vez, vienen muchas más, pero la primera, la primera, siempre es especial.

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Yo, me derrito de felicidad. Feliz día del padre, padreysastre.

La foto de Lucía M, gracias a ella guardamos tesoros como este.

Mañanas de Brooklyn y tardes de Soho

Este fin de semana hemos querido aprovechar el no tan buen tiempo esperado, y hemos cruzado el puente para ir a conocer Prospect Park, un hermano de Central Park, pero sin tantos turistas y con cierto aire diferente.

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Muy familiar, donde se ven a montones de padres jugando al beisbol, a familias con mantas en el suelo, niños corriendo…

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Es una pena que los colores no sean mis preferidos, porque tiene que ser precioso en Mayo.
Brooklyn tiene mucho encanto, y es un buen destino para salir de la ciudad. Siempre tranquilo, y más parecido a nuestro modo de vida.

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No pudimos disfrutar mucho del parque, corría el viento y aquí no hay edificios gigsntescos que lo paren. Así que decidimos volver a poner rumbo a Manhattan.

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Esta vez para pararnos en el Soho, caminar sin prisa, descubrir tiendas, que aunque carísimas, esconden tesoros, galerías de arte, rincones que te trasladan a Japón y cafeterias que te llevan a la cocina de casa con el sabor de un café.

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No nos fuimos con las manos vacías, y una foto impresa en tela nos recordará cada día en Madrid nuestra aventura.

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Las terrazas ya asomaban tras las puertas de los restaurantes, la gente comiendo en las calles, el sol en la cara…, tiempo de ocio…
La primavera, estación deseada, este año con más fuerza si cabe, ya empieza a asomar, despacito… duro invierno este… Y a Celia, le encanta, le encanta quedarse dormida mirando al sol…

DSC_0120Nos encanta la vida en la calle de cierto barrios como Soho, Noho o MeatPacking, sobre todo cuando sale el sol. Puede que sean unas de nuestras rutinas preferidas del fin de semana, pasear por uno de esos barrios tranquilamente, agrandando perímetro…

DSC_0124Ya, saboreando nuestras últimas dos semanas. Y mientras escribo, me doy cuenta de lo maravilloso que está siendo, de los momentos tan divertidos que vivimos con el inglés, de descubrir la ciudad de a poquito, de hacernos súper padres por las calles de Manhattan…

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Ay NY, NY… Vas a quedar estupendo en mi memoria…

Feliz comienzo de semana… a por el lunes!

 

 

 

Cuatro de cinco, y descontando

Y la cuarta visita ya puso rumbo a el origen… Y comenzamos a descontar.

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Reencuentro de primitos, y paseos disfrutando del buen tiempo, de las conversaciones y del momento.
Con ganas de aprovechar hasta el último minuto de estas dos semanas que nos quedan, mirando con ilusión la vuelta a casa.

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Porque ya lo decía en uno de los primeros post, que sólo hay que salir un ratillo de nuestra zona de confort, de la que tanto nos quejamos, para darnos cuenta de la suerte que tenemos.

Feliz fin de semana a todo el mundo… Nosotros mañana, nos comemos la ciudad

Go on, Go on…

Ya, con nuestra tercera visita, y habiendo cruzado el ecuador de esta nuestra aventura, podemos hacer balance.

Hasta ahora, las condiciones, no han sido las mejores, pero siempre en positivo, mirando el tiempo a cada rato para programar y hacer rutas.

Celia crece sin parar, y aunque no nos lo parezca, pues la vemos todos los días, sólo hay que echar la vista atrás en las fotos para darse cuenta.

Esta de aquí abajo es de la primera semana…

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… y esta, de hace dos o tres días…

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Es casi el doble, y estamos disfrutando de ella como enanos. Amontonamos momentos que nos gustaría esconder para siempre, para que nadie pueda robarlos, y poder sacarlos como haría Dumbledore con su varita.

Nos hartamos de hacer fotos, intentando no sólo captar la imagen, también el momento, el sentimiento, los olores, …, la sensación de volver a ese mismo punto cuando miras la imagen…

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Y así, mientras nos pensamos el brunch, en una cafetería-restaurante-bar, demasiado auténtico.

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Una tostada gigante con la capacidad de absorber un huevo frito, y unas salchichas… Ligero, muy ligero…

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resacosos todavía de emociones, recargando las pilas para seguir, porque, la vida aquí, no es del todo fácil, pero vida es, y vida hacemos.

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Porque cuando crees que ya te has acostumbrado a la ciudad, a sus millones de personas en su eterna manifestación, como dirías, a los edificios gigante, las tiendas donde encuentras todo de todos los colores, el tráfico, los bomberos, el olor a comida en cada esquina, la continua sensación de ser uno más de todos lo que componen esta ciudad, eternos turistas…, te despistas y miras hacia el horizonte, imponente, kilométrico, recto en todas sus líneas…, y vuelves a quedarte alucinado…

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Así que go on, go on… y hacer que cada día merezca tanto la pena como para querer volver a mirar las fotos y dejar volar la imaginación hasta ese punto, esa sensación de rascar los bolsillos con los guantes puestos, y que no sea suficiente para entrar en calor… a la sonrisa de labios dormidos, las mejillas rojas y el paso acelerado.

Aqui dejo una de las últimas incorporaciones a la lista papasinthecity

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Pensamientos en días de frío

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Ha vuelto el frío helador, sí, qué le vamos a hacer. El único problema, es que nos obliga a pasar más tiempo en casa del que nos gustaría, pero tratamos de disfrutarlo de todos modos. No hay día en el que no surja una conversación interesante, o un nuevo punto de vista desde el que mirar las cosas.

Ayer mismo pensaba, y permítanme los pensamientos en este cuaderno de bitácoras, mientras esperaba la cena en un restaurante tailandés, en lo difícil que es la vida para algunas personas y en lo mucho que nos quejamos el resto.

Perdemos el norte, las formas, … y no somos conscientes de cuán perfecta es nuestra vida.

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Tres cosas se necesita para ser feliz, y a mi, me sobra de cada una…

 

 

Un rayo de sol

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Por fin un poco de buenas temperaturas y de paseos sin la nariz roja y las manos heladas.

Sin prisas, este fin de semana, hemos retomado los paseos. Bajo una lluvia artificial, provocada por la nieve, que finalmente comienza a derretirse…

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El buen sabor de boca que nos había dejado Chelsea, se merecía una segunda visita, ampliando perímetro y descubriendo el verdadero encanto de esta zona tan modera, industrial, tradicional, urbana pero sin ser urbanita…

Lo interesante, es que tiene unos paseos muy agradables, lo mismo estás rodeados de tiendas curiosas, que te encuentras respirando el aire fresco de la rivera del Río Hudson.

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Así, con buenas temperaturas es mucho más fácil pararse en los detalles que el mal tiempo no deja ver, y caminar y caminar…

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Y la pequeña encantada de ir pegada a nosotros en su mochila todo el día. Vamos cogiendo el ritmo poco a poco y cargados, literalmente, con una bolsa lleeena de posibles recursos, como biberones de leche materna, artificial , monodosis, termo, …, no nos falta detalle, poco más y podemos ir de camping…  Volvemos a casa con la espalda molida, pero con la tranquilidad «bajo» control.

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Volvimos a pasar, y sí, nos volvimos a echar crema, no una, sino dos veces, sin atrevernos a entrar. Tiene unos precios un tanto prohibitivos, dentro parece encontrarse el secreto de la juventud, pero nosotros preferimos quedarnos con el misterio y comprarnos unos sombreros…

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Ya esperando a la siguiente visita, para que pase por el barbero… Estaría divertido un arreglo en una de estas barberías tan chulas.

 

Y cambiando de entorno y plan, el domingo caminamos, buscando otro tipo de cosas…

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Disfrutamos de mercadillos al aire libre, de comida, antigüedades, ropa… de un auténtico mercado de las pulgas en el upper west side, e improvisamos paradas reglamentarias sin tener que buscar una cafetería abarrotada.

 

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Y cuando digo que por fin se está derritiendo la nieve, es que por fin se vuelven a ver las aceras en Central Park, y atravesarlo vuelve a ser agradable.

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Y los niños, vuelven a salir a la calle, sin la necesidad de ir envueltos en un saco polar, y así poder correr y jugar a sus anchas.

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Un fin de semana muy divertido, en el que hemos disfrutado mucho del tiempo libre…

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El broche, lo puso un crepe de nutella… ya se sabe, aquí, en una misma calle te encuentras con un bar francés, que tiene de vecino a un restaurante tailandés, que le da la mano a un italiano…

Feliz comienzo de semana…

 

 

 

 

Lalo’s

Una entrada de árboles encendidos, iluminados con cientos de bombillas amarillas y unas escaleras. Ella de espaldas, con Orgullo y Prejuicio sobre la mesa y una rosa roja como señal… Los fotogramas suceden uno detrás de otro… (Tienes un email)

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La cafetería parece colorear la escena de tonos cálidos, con carteles franceses colgados en paredes de ladrillo. Grandes cristaleras por ventana, que reflejan las iluminación de dentro y fuera, creando, junto con la música de background, un sitio perfecto como para que alguien grite «¡acción!!».

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Como únicos actores aquella tarde, un grupo de tres amigos y un bebé que guiados por ella, y su afán por la película, les hace entrar y quedarse sorprendidos con lo acogedor del lugar.

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Lalo’sasí se llama la cafetería con más encanto de las que hemos pisado en NY. Largas lista de cafés, tés y de cheesecakes de mil sabores.

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Hay quien se toma un bloody mary, y se queda tan a gusto, y hay quien por no añadir calorías, se queda con las ganas de probar otro sabor de esas deliciosas tartas.

Quién me conoce, sabe que toda mi obsesión por mi librería, comenzó con esta película, y que varias veces al año a solas, para que la lagrimita de el último minuto, salga sin miradas de «si te la sabes de memoria…» Me hizo especial ilusión verme sentada en esas sillas, y me dieron ganas de comprar margaritas…

Ese día, nos fuimos montando un poco de lío, entre el carro, los folletos por el suelo, y la risa incontrolable de Coco… pero, volvemos seguro.