Ayer despedimos nuestra tercera visita. Cada persona que ha venido, nos ha traído un … aire diferente. Todos maravillosos, cálidos, comprensivos…, pero cada uno con un matiz diferente.
Mi hermano Álvaro e Irene, han sido los torbellinos que han aprovechado como locos la ciudad. No hay tienda, zapatilla o sudadero que no conozcan. Han subido, bajado y revuelto el metro, han comido por la calle y, sobre todo, nos han hecho reír una barbaridad con sus fotos.
Perfectos serían como pareja de patinaje. Mi hermano se puede poner a Irene en la cabeza, y hacer una foto con la mano derecha sin problemas.
Me ha encantado ver sus caras al descubrir Times Square, y atravesar Central Park a cuatro ruedas. Queda guardado en mi recuerdo, envuelto con papel de seda.
Me ha encantado despertarles con las manitas de Celia, y que ella les descubra y les haga sus carantoñas.
Porque esta aventura, es la gran aventura de todos. La nuestra más intensa, la de los turistas que viene a traernos un poco de calor, la de los de el otro lado de la pantalla cuadrada y negra…
Nosotros seguimos disfrutando de los días, ya descontando más que hacer lo contrario. Celebrando los cien días de Celia, los tres meses, que estamos vivos, que pronto volvemos, que ha salido el sol, que es una rebelde muy simpática, que tenemos fotos nuevas, que nos compramos unas zapatillas o nos comemos un perrito.
Al final no hubo día de barbería, tendremos que buscar una en Madrid, que seguro que encontramos una chula.
Pronto enseñamos súper sesión de Lucía M de nuestra Celia, bueno de la que se ha comido la nueva Celia. Está taaaaaaaaaan bonita.
Vamos a por la cuarta visita que viene cargadas de aires nuevos…
Persiguiendo sueños y con gente que te quiere alrededor. No se puede pedir más. Porque, chicos, algún día iremos a veros a vosotros, eso no lo dudéis ni un segundo, sólo hay que ponerse manos a la obra.
Un café y una canción. Nosotros, nos volvemos a lanzar a la calle. Esta, dedicada especialmente a nuestra tercera visita, porque ha sido la canción de cada mañana, cada, tarde y cada noche.
Es la canción de nuestra pequeña, su primera canción, y nos encanta. La cantamos a cada rato y ella sonríe sin parar.
Feliz semana…