Moldeando objetivos

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porque siempre es primavera… a su lado

Hace unos meses, seis exactamente, pensaba en lo surrealista de la situación en la que ahora nos encontramos. Tan diferente nuestro modelo de vida por aquel entonces.

Y todo va pasando, grandes, medianos y pequeños acontecimientos, ingresos, fiestas, vuelo… Torbellino de cosas que hemos sabido disfrutar con la mente en «el momento«, que es como mejor saben las cosas, porque «el futuro, es ahora». 

Miro por la ventana y veo la nieve caer, desde hace días. Y lo que en Madrid llena las redes sociales de amigos y conocidos, aquí es ya un acumulo tal en las calles, que estamos deseando que salga el sol calentito y lo derrita todo.

Mientras, paseo arriba, paseo abajo entre Park Av. y Madison, arreglando el mundo en cada calle, encantados con nuestra pequeña… Y sí, arreglando el mundo, nuestro mundo, poniendo límites, abrazando sueños… construyendo otros y pasando página, viendo las cosas con perspectiva, porque cuando uno sale de su entorno y se marca unos objetivos de aprendizaje, vease el padre y sastre, se da cuenta de que lo que de verdad aprendes es que hay otras maneras de hacer las cosas, hay diferentes enfoques, diferentes maneras de trabajar, profesionalidad …, y eso es lo que enriquece, no las teorías, que están en los libros, sino la acción, la forma de mover las manos y los hilos… Y se va sorprendiendo de lo moldeable que son los objetivos marcados, y sin duda maduran y calan dentro, para cuando haya que echar mano de ellos…, eso es lo que verdaderamente merece la pena de cruzar el océano y pasar el invierno más crudo…

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Y aquí me quedo, mirando por la ventana, escuchando la banda sonora de Cesar Benito que tan buenos recuerdos me trae y que tanto me acompañó en aquella noche que nevaba.

Porque no importa si son agradables, desagradables, buenas o malas personas, de aquí, hay que llevarse algo más que unos Levi’s, y día a día lo vamos encontrando…

Gracias por las flores, me alegraron un día en el que la distancia me nublaba la coherencia…

 

Curva de glucemia chocolatera

Captura de pantalla 2014-02-17 a la(s) 8.16.45 AM

 

Hace un par de días, con rumbo fijo a El Gran Festival del Chocolate, volví a sufrir los síntomas de la temida curva de glucemia del embarazo, bueno, yo, y Satur…, y os cuento

Para no ir vagando por la city, sin rumbo, con frío y con nieve, antes de salir de casa buscamos un plan, y una vez decidido nos lanzamos a la calle.

Este sábado quisimos probar un chocolate en City Bakery, y darnos el gusto de probar el que preparaban especialmente para el sábado.

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Así que después de comernos un buen bol de arroz con verduras en un koreano, bien de hidratitos de carbono, pensamos que no había mejor plan que un chocolate de postre.

Así que allí nos plantamos, deseosos del «Happy Hot Chocolate». Los millones de personas no cesaron nuestras ganas, aún sabiendo que tendría que dar el pecho a Celia como en un escaparate y apachurrada por una pareja de gigantes.

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Por si nos parecía poco dulce al asunto, quisimos acompañarlo con una cookie de chocolate, todo muy light.
Primer sorbito, y en la gloria. Así, bebiendo y mascando galleta explosiva (mientras Celia hace su merienda), se pasa el rato con los ojos en blanco del gusto, porque estaba delicioso.
Pero, antes de acabar, justo en el último traguito, el páncreas, ocupado todavía con el arroz, se le empieza acumular el trabajo y… los mismos, mismitos síntomas que en la curva de glucemia oye, que me los conozco bien, porque no la hice una, ni dos, sino tres veces…

lalo`s cafe

lalo`s cafe

A la vez, ya una vez fuera tratando de respirar, la señorita Celia decide que es momento de cambiar el pañal… gracias a que habíamos entrado en una librería infantil y el cambiador, un lujo en esta ciudad, aparecía en el horizonte como un oasis en el desierto…
Y así, entre las risas y el mareo por la hiperglucemia, juramos y perjuramos que NUNCA volveremos a tomar un chocolate en nuestra vida neoyorquina….

(no hay fotos de la chocolatería, ni del momento. al principio porque estaba extasiada con el chocolate, y al final porque la curva no me dejó sacar la cámara. estas son de lalo’s un sitio muy especial del que hablaré otro día)

 

 

Feliz comienzo de semana!…

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Para volver y volver

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Aquí seguimos, los tres valientes, pasando la cuarta tormenta de nieve desde que llegamos, mientras pasan los días, con o sin planes y la pequeña Celia crece cada día, ha dicho sus primeros «ajos» y ha soltado su primera carcajada.

A nosotros, simplemente se nos cae la baba cuando pronuncia cualquiera vocal, se nos olvidan todas las penas. Intentamos establecer horarios, sin mucho éxito y luchamos contra esto de la maternidad y paternidad que de fácil y sencillo tiene poco. Sí, es algo que no se puede explicar con palabras, estamos encantados de la vida con nuestra mini familia, pero las ojeras parecen haber comprado sólo el billete de ida.  Disfrutamos con sus miradas de búsqueda de atención y la achuchamos cada tres minutos.

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Los paseos siguen siendo divertidos e interesantes y vamos descubriendo nuevos sitios a los que tenemos que volver para hacer todo eso que nos dejamos en el tintero. El «Ritmo Celia» es algo a lo que andamos adaptándonos.

Un rinconcillo al que nos apetece volver es el Chelsea Market, volver al mercado y a el barrio, que tiene una pinta estupenda.

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Siempre nos encanta detenernos en tiendas llenas de cosas curiosas, «perder» el tiempo eligiendo una taza de entre doscientas…, ojear libros, tocar  el «no tocar por favor», y salir de la tienda con la cabeza llena de ideas nuevas y algún detalle en la mano .

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Seguramente no me vaya a comprar esa pamela roja que me tiene que dar un toque hamptoniano estupendo, ni me compre uno de esos bolsos que me chiflaron… El poder coger el metro para retomar la idea que hace que pienses «a la próxima»…

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Sentarte en una silla, mientras eliges comida para llevar, desde langosta a un té aromático, una sopa tahi, o unas lentejas… Multivariedad que enriquece el ambiente.

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Mirar esta foto y trasladarse a Granada… sus calles, su sol… su luz.

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Volver para poder probar en la Fat Witch uno de sus brownies, que son famosos en la ciudad…para poder contar lo que es un delicioso brownie neoyorquino…, tantas cosas queremos hacer… esperando a que llegue un pelín de buen tiempo para salir a diario y no perder el ritmo…

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Hoy, día de vestir de rojo, o de verde, de celebrar si es que quieres, o de pensar que cada día es especial y de hacerlo especial. Hoy bailaremos bajo la lluvia…

estoy temblando a cada rato... te quiero!!!

estoy temblando a cada rato… te quiero!!!

Una canción que me encanta para ti padre y sastre…

También dentro de nuestra playlist de Spotify… Momentos especiales… La banda sonora de nuestra vida

Un paseo con personalidad… Williamsburg

No nos habíamos puesto la barba hipster, ni una camisa de cuadros, ni un gorro de lana de un color neutro, ni mucho menos nos habáimos tatuado los brazos.  Pensamos que no sería para tanto, pero la sorpresa de poder encontrar un barrio con tanta personalidad al otro lado del río, nos encantó.

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Volvimos a coger el metro, con toda la preparación que se merece para que Celia no pase ni una gota de frío. Los carritos son impensables en esta ciudad de escaleras y multitudes en cada esquina, asía que no nos queda otra que movernos con la mochila. Ella, tan contenta, no puede ir más a gusto y calentita, nosotros, mientras podamos movernos, somos felices.

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El metro neoyorquino, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero hay algo muy bueno que nos encanta, y es esperar el tren mientras escuchamos música. No siempre es magnífica, pero muchas otras veces sí.

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Este trío de cuerda nos encantó, a nosotros y a todo el andén. Un pequeño concierto para comenzar el día y ponerle banda sonora a la mañana.

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Williamsburg, es un barrio de Brooklyn donde al salir del metro ya se respira otro aire diferente al de Manhattan. Cargado de cafés y restaurantes de lo más peculiares,…, con cierto aire artístico y desenfadado, que  atrae a cualquiera a dar un paseo.

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Nos lo pasamos pipa descubriendo tiendas con una imagen muy cuidada, como esta de caramelos donde te los llevas en una tarritos de cristal.

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O esta donde nos probamos montones de sombreros, y los dependientes eran la imagen de lo que entendemos por hipster look.

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Echamos el rato en otra tienda lleeeeena de artilugios para cocinar. Cientos de cosas curiosas, para cualquier cosa que se te pase por la cabeza, de cualquier tamaño, allí lo encuentras.

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Nosotros, ya ves tú, salimos de la tienda con un pela patatas… pero uno muy bueno… Hay que volver… Sobre todo, es una delicia para los/las reposteros…

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A punto estuve de comprarme un molde con forma de cohete, peroooo, no, no soy repostera. Casi más lo usaría de colgante que de otra cosa.

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Comimos en un restaurante chulísimo, St.Anselm, creo recordar, y salimos de otro que será apuesta segura para la próxima vez.

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Un contraste muy interesante, al otro lado del río, y con un encanto especial.

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Menos mal que todavía nos quedan unas cuantas semanas aquí para poder volver. Con Celia vamos a un ritmo tan diferente, que se nos quedan muchas cosas en el tintero, pero nos encanta pasear a su lado, y saber que está formando parte de toda esta aventura. El ritmo de un bebé es el que marca las comidas, las horas de tienda, los cafés obligados, la vuelta a casa demasiado temprano, o las salidas demasiado tarde para lo que teníamos pensando,…, ella es la que manda.

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Bueno, lo dicho, la próxima vez volvemos con los brazos tatuados, barba de un mes, gorro de lana y camisa de cuadros, bueno, el padre y sastre…

Feliz comienzo de semana…

Greenwich Village, un paseo divertido

Un fin de semana da para mucho y para recorrer varios rincones interesantes.

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El Village fue nuestro destino el sábado y nos encantó. Una mezcla de tiendas originales, cafeterías, pastelerías y restaurantes.

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Qué tal una cookie gigante…

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O una porción de Red Velvet que quita el sentío… dicen que en esta repostería hacen las mejores tartas del mundo…

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Probar unas cremas deliciosas mientras piensas en volver con un tarrito para rellenar (mentes ibéricas las nuestras…cuánto más gratis, más nos gusta)… en serio es para volver y comprarse un poquito. Es para tenerla debajo de casa, nosotros, tenemos una lavandería que lo único bueno es que hablan en español, bueno, y que nos hacen la colada por un módico precio de dieciséis dólares. Aquí, todo es muy barato (tema para otro día).
Siguiendo con el Village…

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Tiene que ser divertido vivir entre tanto hipster. Lo mismo te encuentras una puerta de lo más seria, donde parece vivir el abogado de Franklin, a quién por cierto le hacen acupuntura.

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Que te encuentras con una «puerta» de azulejos sevillanos, donde dan ganas de probar, si llamando te dan una tapita de pringá. Contrastes.

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Tenemos que volver sin duda, nos quedamos con ganas de más. Da gusto haber pasado la línea y haber empezado a disfrutar de otro Manhattan diferente a el del turismo de una semana, con tranquilidad, dejándose llevar, y caminando despacito.

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La pobre Celia no se entera de nada, …, tendremos que volver!

Corre Corre…

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Despierto y lo primero que hago es mirar hacia la ventana, no veo nada…, me pongo las gafas, y ahora sí, millones de copos blancos vuelven a colorerar la ciudad a su antojo…., no sé qué pensar, alegría, no me da, pero, si tiene que hacer frío y nos tenemos que quedar en casa hoy, prefiero que esté nevando para poder salir a hacer unas fotillos más tarde.

Este fin de semana nos ha dado una gran tregua el tiempo y hemos disfrutado tanto, que hasta hemos comido la mejor hamburguesa de NY en la calle a ritmo de un piano de bar instalado en Madison Square.

Así, y de esta manera, decidimos comenzar a establecer rutinas que ya echábamos de menos, y a primera hora nos fuimos a despejar a Central Park.

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Y si en Madrid está de moda correr, aquí es casi una enfermedad. No hay calle donde no te encuentres una tienda de runners.

Yo, una cosa tengo clara, y es que correr, no me gusta, pero ese era el pensamiento de la mayoría. Ahora, la moda parece considerar la práctica de tal ejercicio como algo liberador, estimulante, quema grasas, espiritual…, y debe serlo, yo, lo recuerdo como todo lo contrario, bien es cierto que me obligaban.

Vaya que ahora, con la cantidad de vestuario bonito y la motivación que despierta la gente, dan como ganas, como si no se fuese a cansar uno oye!

La cosa es que, es pisar Central Park, y se me van los pies. Porque el carrito me frena que si no…(excusa barata)

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Pero al padre y sastre no hay quien lo frene y allá que se lanza, arrastrado por grupos, minigrupos, maxigrupos, perros, gatos y carritos a dejar algunas calorías en el helado estanque.

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Yo, aprovecho para conocer un poco mejor el parque, observar a las ardillas y hacer fotos…

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La luz estos días es bastante clara y todo parece cubierto por un tul blanco. Los árboles parecen tiritar de frío y despertar con las uñas de las ardillas.

Imagino lo diferente que sería en Mayo, pero, nos ha tocado disfrutar de otro modo, y así lo haremos.

Mientras, se calma la tormenta, vamos a bailar Celia y yo con nuestra lista de spotify que vamos creando cada día…

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si pinchas en la imagen podrás bailar a nuestro ritmo

Feliz semana…

La banda sonora de nuestra vida

Hay días la mar de aburridos, en los que nuestra apartamento dulce apartamento encoge y a nosotros como en Alicia se nos salen las piernas y los brazos por la ventana.

Salir a la calle nada más que para hacer recados, comprar esto o aquello y vuelta a el hogar. Suena monótono y aburrido nuestro día a día, pero mientras el frío campe a sus anchas en la big city, tenemos que armarnos de paciencia.

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Así que dentro de estos límites entre las 86 y la 84 pasamos nuestros días entre pañales, tomas, incipientes risas, música y series.

Así, lo mismo dormimos a ritmo de Baby Deli

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Que bailamos y calmamos nervios junto a Renne y Jeremy 

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pincha en la imagen y los podrás escuchar

Que despejamos y olvidamos con la que es y será nuestra canción, My favorite things,  de la gran Julie Andrews… Siempre, siempre, siempre que se nubla nuestro camino o nuestra mirada, uno de los dos comienza a tararear…

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pincha en la imagen y tarareas un rato

O bailamos, mientras duerme, despacito, para que no cruja el suelo, dejándonos llevar, con los ojos cerrados…

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O botamos, recordando, con ojos cerrados también, y se nos escapa una carcajada al terminar si escuchamos la banda sonora de 500 días juntos

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pincha, es una de nuestras preferidas

O bailamos los tres a ritmo de Pete Yorn y Scarlett Johansson…

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pincha la imagen y suelta los pies

Tenemos un gusto musical un tanto difícil, y divertido, intentamos acoplar en nuestra banda sonora, nuestras canciones favoritas, con nuevas incorporaciones para Celia y alguna que otro tesoro que encontramos.

Así, hemos creado una lista de reproducción en Spotify llamada Papasinthecity, sólo tienes que buscarnos y bailar con nosotros…

Nosotros empezamos, un, dos, tres… Feliz Miércoles!!!!!

Estamos en

Primera visita

¿Previsiones para la próxima semana?… Quedarse en casita tras la puerta, tras el frío, saliendo por separado para despejar la ideas.

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Ayer una pequeña tregua, para disfrutar de su visita como debiera haber sido toda la semana, tranquilamente empujando un carro y descubriendo la ciudad. Despidiendo unos días de buenos y felices momentos en su compañía.

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Les ha tocado vivir una ciudad no muy apetecible a temperaturas bajo cero, nieve, lluvia…, en fin, un pequeño desastre.

A mi, madre madrísima, me ha encantado tenerles, al otro lado del océano, escuchar su día a día en la jungla, quejarse, comparar, admirar… Ver como achuchaban a Celia, con intención de guardarse un poquito para estos dos meses que no podrán hacerlo.

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Otro puñado de fotos que decorarán el salón, experiencias que contar a amigos e hijos, algún que otro recuerdo material, calorías, y risas, muchas risas compartidas.

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No es una ciudad fácil, pero han sabido endulzarla a mordiscos.

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Cuando unos está lejos de casa, de su tierra, de su gente, las visitas son como cientos de baterías llenas de carga que te dejan un buen sabor de boca, y te dan fuerzas para seguir enfrentándote al día a día en un medio todavía por adaptar. Y volviendo a lo importante, a la esencia, a los abrazos y a las miradas que conocen cada pestañeo, donde sentirse refugiado, libre y en confianza…

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NY, seguimos tomándote el pulso y disfrutando cada día, aún encerrados en nuestra pequeña madriguera…

Mañana, una pequeña playlist que hace nuestros días más llevaderos.

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Frío?

Estamos en la cresta de la ola, de  la de frío. Jamás habíamos visto tal expresión de frío en las calles de una ciudad, si en la sierra, en la montaña, pero no en una ciudad. Nosotros, encerraditos en casa, viendo la nieve caer, para que a Celia no le roce una pizca del viento helador que pasea a usa anchas por la quinta.

por la calle

por la calle

Los gorros no son un simple complemento, son tan necesarios que deseas llevar dos o tres, dos o tres guantes, y dos o tres bufandas, y salir rodando, calentitos pero rodando.

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Aceleramos el paso para despertar músculos, y nos sorprende la cantidad de gente que hace frente a las inclemencias. La calle sigue llena de vida, refugios donde entretenerse y descubrir curiosidades. Lagos helados, árboles con todo el esplendor guardado para la primavera. Tiene su encanto y las luces y los colores son igual de bonitos. Multitud  de niños con trineos de madera, de plástico, improvisados… Es una fiesta!

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Los hay realmente profesionales…

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En familia, disfrutando de lo que toca, de la nieve, de un Central Park totalmente, y digo totalmente, blanco, no se distingue las aceras del jardín.

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Es un bonito paisaje que también se disfruta, y disfrutamos, de a poquitos, no estamos acostumbrados a estas temperaturas, y las manos y los pies, se quejan pronto.

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Hasta los perros parecen ponerse zuecos suecos, a juego con su abrigo. Depende del glamour que tengan, algunos parchen llevar manoletinas.

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Nos cuesta salir a la calle pensando que puede pasar frío, pero cuando lo hacemos, nos aseguramos muy mucho de que va súper a gusto, calorías no pierde, gracias a el súper saco de Miriam y a las mantas de lana de su abuela. Está hecha toda una bolita, y nos sorprende lo que está cambiando en estos días, NY le está sentando muy bien, aunque parece estar viviendo un gran hermano desde hace días. Estoy deseando salir y dar un paseo, y entrar a lo grande..

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Deseando que pase el temporal para poder disfrutar un poquito de la ciudad…, y sobre todo para poder vivir la emoción de quién nos visita cuando ven por primera vez las luces de Times Square, por ejemplo.

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De momento, tras la puerta, pero todo se andará…

Despegando

Y comenzamos…

Primero, una breve presentación. Somos una pequeña gran y reciente estrenada familia de tres componentes, a los que no se les ocurre otra cosa que marcharse tres meses  con, como dicen las noticias, «un viento congelador» a New York . Nosotros que nunca tenemos comida en la nevera, y que pensamos que las cosas con presión de última hora salen mejor, más caras y mejor, nos decidimos a lanzarnos con un bebé de un mes a la ciudad que nunca duerme (ya que dormimos poco aquí…)

foto de Lucía M

foto de Lucía M

El sastre y padre, nos arrastra con su formación, y nosotras, encantadas de la vida (aunque he de confesar que viendo el panorama se me quitan un pelín las ganas… puro miedo) nos vamos a pasar la baja maternal a su lado. Porque somos un equipo, y un equipo nunca se separa.

foto de Lucía M

foto de Lucía M

Yo, Laura y madre, dueña de un humilde blog,  alentada por Satur, decido empezar un nuevo rincón que narre las aventuras durante 90 días en Manhattan.

foto de Lucía M

foto de Lucía M

La pequeña Celia, que con nieve llegó al mundo, con nieve se va a encontrar, y aunque sabe que le hemos comprado un carro y un saco del mismo Suecia, no ve claro el plan. Lo que pasa es que lleva en los genes esa locura aventurera de su madre y la idea de que todo se puede con cuidado y coherencia, de su padre.

La family bien contenta se pondrá, porque así sabrá de nuestro día a día, y los amigos, conocidos y desconocidos, podrán descubrir de nuestra mano un Nueva York familiar, invernal y especial. Esperemos que resulte toda una aventura, de lo que estamos plenamente seguros, pero sobre todo, que sea satisfactoria.

De momento, poco podemos decir, viviremos en el Upper East Side, como buenos fans de Carrie Bradshaw, y aunque no iremos pisando con Manolos, buscaremos todo el glamour que nos permita la ciudad, y sobre todo la pequeña. Esperamos pasar largas mañanas en Central Park y sorpredernos con cafeterías y tiendas deliciosas.

foto de Lucía M

foto de Lucía M

Felices de comenzar, y despegando!!!

Las fotos y la cabecera, son de Lucía M, la responsable de que guardemos tesoros de los momentos más importantes.